Presentación de Candidatura ante el comité de representantes de la ALADI

Domingo, 16 Agosto 2020 - 8:00pm

Ministra de Relaciones Exteriores, Karen Longaric Rodriguez

Buenas tardes distinguidos miembros del Comité de Representantes de la ALADI. Es un placer comentar para ustedes un resumen del plan de trabajo que hice llegar a los Estados Miembros en fecha 27 de julio de este año. 

La ALADI es un instrumento que debemos reimpulsar por el extraordinario potencial que tiene para crear mejores oportunidades económicas y comerciales en este difícil momento que viven nuestros pueblos a causa de la pandemia del COVID-19.

Si ustedes me permiten, quisiera explicar de modo breve las tres razones particulares por las cuales Bolivia -mediante mi candidatura- pide la oportunidad de hacerse cargo del desafío de dirigir e impulsar la ALADI y todo su potencial.

En primer lugar, pedimos la oportunidad porque nuestra candidatura postula a una mujer. Y pensamos que la ALADI bien podría asumir sus nuevos retos y dar una señal al Continente y al mundo, en sentido de mostrar apertura y equidad de oportunidades a las mujeres. Sería una señal interesante, mostrando que el comercio y la integración del siglo XXI en la región es consonante con el principio de igualdad que, como se sabe, es uno de los valores esenciales de la integración.

En segundo lugar, nuestra candidatura postula a una persona que ha consagrado gran parte de su vida profesional al mundo académico en las materias relativas a la integración y al derecho internacional. Es decir, no solo postulamos una mujer, sino que postulamos una profesora emérita en integración latinoamericana cuya tesis doctoral versa precisamente sobre la solución de controversias en los espacios de la integración sudamericana.

Nuestra intención, al postular una especialista en la materia, es proponer la mejor persona para la Secretaría General de la ALADI.

Y, en tercer lugar, porque nuestra candidatura postula a un país miembro que, en la larga vida de la ALADI, nunca tuvo la oportunidad de dirigirla, no obstante su participación activa en los trabajos de la Asociación.

Les agradezco su atención y pasaré a referirme a mi plan de trabajo.

Como bien sabemos, estamos en un contexto muy difícil. Además de las graves consecuencias humanas por la crisis sanitaria, se han profundizado las debilidades y vulnerabilidades de nuestras economías. Por eso, urge una estrategia de reactivación económica y comercial en la que la ALADI puede jugar un rol muy importante.

El actual contexto es un punto de inflexión que nos plantea muchos desafíos. El carácter global de la crisis actual muestra que hoy más que nunca, debemos restablecer el papel efectivo de las instituciones internacionales y revalorizar el multilateralismo. Para lograr esto, debemos fortalecer el orden jurídico e institucional del comercio regional y mundial que permitirá estrechar los lazos económicos entre los Países Miembros de la ALADI, y así poder reactivar nuestras economías y generar prosperidad para nuestros ciudadanos. Esto, siempre y cuando logremos un comercio más abierto, eficiente y consciente del nuevo contexto.

¿Cuál es el nuevo contexto? Veamos los números:

El COVID-19 ha sido un shock sin precedentes para la economía mundial: La CEPAL proyecta una contracción del 9% del Producto Interno Bruto en los Países Miembros de la ALADI en su conjunto. Esto tiene efectos palpables sobre nuestros ciudadanos: se traduce en el desempleo de 44 millones de personas. El escenario, obviamente, expone vulnerabilidades y debilidades en nuestras economías y, más importante aún, en nuestras sociedades.

Respecto a los efectos de la pandemia sobre el comercio mundial, la OMC ha pronosticado una caída en el comercio mundial de mercancías de entre 13% y 32% para la gestión 2020. Estas cifras en el actual contexto son aún más preocupantes si se tiene en cuenta que el comercio mundial ya se encontraba en plena desaceleración en 2019, por distintos motivos.

Si hablamos de los países de América Latina y el Caribe, se espera que las exportaciones caigan en aproximadamente 23%.

Pero más allá de las cifras económicas y comerciales, las restricciones a los desplazamientos, el confinamiento, el distanciamiento social, las condiciones de seguridad y autoprotección nos obligan a ajustar los procedimientos garantizando la versatilidad y adaptabilidad del comercio internacional.

Concretamente, debemos agilizar y acelerar la liberalización, digitalización y facilitación del comercio si queremos hacer del comercio internacional el motor de la reactivación económica.

En este contexto debemos plantear nuestras propuestas. La integración va a ser crucial para la recuperación económica.

Pero ¿hacia dónde va la integración en nuestro hemisferio?

Como todos sabemos, Latinoamérica tiene una multiplicidad de mecanismos de integración. Los países han optado por procesos de integración subregional como la CAN, el MERCOSUR, la Alianza del Pacífico y por otro tipo de foros de índole político. Estoy segura que todos reconocemos que la ALADI ha sido relegada a un segundo plano en aspectos de integración, por la propia voluntad política de sus Países Miembros que se han decantado por otros mecanismos. Es una realidad dura, pero debemos enfrentarla.

El desaceleramiento económico y comercial hace imperativo revitalizar a la ALADI, por sus notables fortalezas y ventajas comparativas frente a los otros esquemas de integración.

Por un lado, la ALADI tiene la ventaja de su ámbito espacial: es el mecanismo de integración económica más amplio del hemisferio – con 13 miembros, muchos de ellos miembros de la CAN, MERCOSUR y Alianza del Pacífico. Por otro lado, la ALADI ha implementado su enfoque más pragmático y ha sido muy útil en la práctica para resolver problemas en el comercio.

¿A qué me refiero con esto último? Por ejemplo, el Acuerdo sobre Transporte Internacional Terrestre constituye un importante hito que los transportistas latinoamericanos utilizan diariamente. El ATIT ha desplazado iniciativas o alternativas propulsadas por otros mecanismos de integración. Además, tenemos otras iniciativas exitosas como los Certificados de Origen Digitales y la contribución de la ALADI para la eliminación de los Obstáculos Técnicos al Comercio, entre otras.

De hecho, la ALADI puede convertirse en un mecanismo de integración pragmático y técnico, enfocado en resultados reales y acordes a la coyuntura actual. Además, la ALADI puede brindar un shock productivo tangible que coadyuve a la reactivación de las economías de América Latina.

Para lograr esto, tenemos que hacer una transformación profunda de la ALADI, pero fortaleciendo los proyectos exitosos. En otras palabras: debemos llevar a la ALADI al siglo XXI.

Llevar la ALADI al siglo XXI no es tarea fácil. Hay muchos desafíos y áreas en las que debemos trabajar intensamente.

En el área institucional debemos optimizar los recursos humanos y financieros de la Secretaría General a fin de alcanzar la máxima eficiencia y austeridad. No puede ser que la mayor parte del presupuesto de la ALADI se destine a gastos operativos, en lugar de inversiones en proyectos.

A lo largo de mi carrera, tuve el honor de dirigir organizaciones internacionales y académicas que antes de mi gestión tuvieron situaciones económicas complicadas. Con mucho orgullo puedo decir que logramos vencer las dificultades y reactivar notablemente a dichas organizaciones.

También debemos atender las necesidades de los sectores más vulnerables en nuestras sociedades, y así cumplir con el más noble objetivo de la integración. Además, la ALADI debe ser vista como una inversión y no como una carga para los Estados.

Debemos reforzar y vigorizar la cooperación y el relacionamiento con otros mecanismos de integración y organizaciones internacionales.

En el área comercial, les presento inicialmente cinco propuestas, por su relevancia:

Primero, es importante la digitalización de los procesos y de los trámites del comercio internacional. Como ejemplo, propongo insistir en la consolidación de la implementación de los Certificados de Origen Digital (COD) y de la firma digital; en la activación de los Operadores Económicos Autorizados (OEAs) y en la interoperabilidad de las Ventanillas Únicas de Comercio Exterior (VUCEs).

Segundo, durante mi gestión analizaremos la pertinencia de promover nuevos Acuerdos de Alcance Regional en materias aún no reguladas; por ejemplo, acuerdos que beneficien a las mipymes. Las mipymes cumplen un rol transcendental en la economía de nuestros países: en el área andina concentran el 60% de la actividad económica. Al mismo tiempo, su rol social es aún más impactante: la mitad de las mipymes están lideradas por mujeres, lo que las convierte en un motor transformador en nuestras sociedades.

Tercero, restableceremos el rol de la ALADI como gestor de convergencias entre los bloques de integración de la región.

Cuarto, se debe extender el alcance geográfico de la ALADI y establecer vínculos comerciales más intensos con China, EEUU, Asia-Pacífico y la Unión Europea, entre otros.

Quinto, proponemos fortalecer los mecanismos de control de legalidad y analizar la pertinencia de crear un mecanismo de solución de controversias de alcance regional, particularmente si ampliamos el ámbito material de los AAR.

Respecto al área tecnológica, estoy convencida que la integración en el siglo XXI pasa definitivamente por la digitalización de la economía y del comercio.

Para esto, debemos trabajar en:

1.Impulsar la internacionalización de las mipymes a través de tecnologías digitales y del comercio electrónico.

2.También es necesario promover la integración de la economía digital 4.0 y el Comercio de Servicios entre nuestros países. Los emprendedores tecnológicos serán el motor de la reactivación económica y debiéramos brindarles oportunidades de expansión comercial para que se conviertan en mayores fuentes de empleo y liderazgo en sus economías.

3.Una consecuencia tangible de la pandemia ha sido la necesidad de utilizar nuevas tecnologías, como la plataforma Zoom, para reuniones de trabajo por ejemplo. Por eso, reorientaremos el Centro de Negocios como un Gestor Virtual de Negocios. Esto nos permitirá realizar ruedas de negocios y ferias virtuales. También permitirá incentivar sinergias para el fortalecimiento y proyección de la EXPO ALADI virtual.

Para lograr estas metas, es importante reestructurar la ALADI en este sentido: Proponemos crear unidades que trabajen sobre la economía y el comercio digital, y potenciar nuestros recursos humanos para tener el know how en el tema.

El comercio internacional y las inversiones extranjeras van de la mano: Para hacer frente a la crisis económica y estrechar la integración regional, veo pertinente plantear propuestas respecto a inversiones.

Proponemos desarrollar una política integral proactiva para la atracción de Inversión Extranjera Directa a los Países Miembros de la ALADI.

En necesario diseñar instrumentos legales y financieros para la promoción y protección de las inversiones.

Analizaremos la posibilidad de promover la negociación y suscripción de un Acuerdo de Alcance Regional sobre el tema. Este paso sería un avance extraordinario en la integración promovida por la ALADI.

En el Área Académica, proponemos crear una red académica a través de acuerdos con universidades públicas y privadas de los Países Miembros que ofrezcan la cátedra ALADI y fortalezcan el Centro Virtual de Formación. Asimismo, planteamos la innovación y el fortalecimiento del Observatorio América Latina-Asia Pacífico, adaptado a la nueva realidad, siendo una excelente iniciativa del esfuerzo conjunto entre la ALADI, CEPAL y la CAF.

Finalmente, en el Área de Comunicaciones, es fundamental remozar la imagen institucional de la ALADI a partir de una estrategia de comunicación integral e innovadora que haga uso de las plataformas digitales.

Después de lo presentado, coincidirán en que es necesario revitalizar el comercio intrarregional; y, en las actuales circunstancias excepcionales, es crucial seleccionar a la persona idónea para encarar los desafíos que la coyuntura demanda.

Es primordial una Secretaría General pragmática y no ideologizada que permita dinamizar el comercio como impulsor de la reactivación de las economías y la generación de empleos en los Países Miembros, a través de la liberalización, facilitación y digitalización, así como también incorporar una visión de optimización gerencial a la gestión integral de la ALADI.

Muchas gracias.

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