Fecha: 
Miércoles, 26 Abril 2017 - 8:45pm
Nombre de la Persona: 
Evo Morales Ayma
Discurso: 

Hermano presidente del Foro Permanente, hermano Vicepresidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a embajadoras, embajadores, delegados; hermanos indígenas de todo el mundo presentes acá, una enorme alegría saludar en este décimo aniversario de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas del Mundo.

Un saludo también a los organismos internacionales, invitados especiales, amigos de la prensa, y a todos los servidores desde las Naciones Unidas para la humanidad en su conjunto que habita el planeta Tierra.

Cada vez que vengo y me dirijo a mis hermanas y hermanos de los pueblos indígenas del mundo, recuerdo permanentemente la subsistencia, la resistencia, la rebeldía del movimiento indígena que habita en el planeta Tierra.

Primero recuerdo mi vivencia desde la niñez, de la adolescencia en mi comunidad originaria, milenaria, la comunidad Isallavi del ayllu Sullca del departamento de Oruro.

Y me acuerdo perfectamente como niño que en la comunidad se vivía con solidaridad y con complementariedad, y sobre todo con armonía con la Madre Tierra.

Y quiero comentarles mi vivencia de la niñez, los valores que nos han dejado la comunidad, la familia, especialmente mis padres: el Ama Sua, Ama Llulla, Ama Qella, no mentir, no robar ni ser flojo, algo que quedó para toda mi vida.

También quiero decirles, hermanas y hermanos, frente a la ausencia del Estado colonial, en el altiplano andino, y frente a los problemas climáticos, porque el movimiento indígena del altiplano boliviano tiene dos enemigos, la ausencia del Estado como Estado colonial, y los factores climáticos, la sequía, la helada, la granizada, que en años no había ninguna producción.

Por eso con mis padres tuvimos que migrar del altiplano boliviano, del altiplano orureño al trópico cochabambino. Y quiero decirles, allá encontré un sindicato agrario. Como Bolivia tiene muchas particularidades en cada región, altiplano el ayllu, en las tierras fiscales y nuevos asentamientos el sindicato agrario, y el movimiento indígena del oriente boliviano, las capitanías correspondientes.

En las tres regiones importantes la organización campesina, indígena, originaria era de Estado. ¿Por qué digo Estado? Porque ese movimiento indígena, originario, resuelve los problemas de salud, educación, construcción de caminos frente a la ausencia del Estado. Si algo de Estado teníamos era solo para quitar nuestras tierras, acabar con las tierras comunitarias o acabar las formas de vivencia en comunidad, en colectividad, en permanente solidaridad.

Aún todavía donde nací, las tierras son comunales y no hay propiedad privada, aunque en el occidente a eso dicen “comunismo”.

Sin embargo, el sindicato agrario en la región del trópico de Cochabamba, ha sido una gran escuela para mí, para entender la situación no solamente del movimiento campesino, indígena, originario, sino para entender y aprender, y además de eso organizarnos, movilizarnos por los derechos del pueblo boliviano, y además de eso entender las políticas de carácter internacional, frente a la presencia militar norteamericana, porque en mi región estaba la base militar norteamericana.

Eso nos obligó a mi movimiento de la zona del trópico cochabambino, a identificar a los enemigos internos y externos de los bolivianos.

En ese proceso quiero decirles hermanas y hermanos, ha habido una lucha permanente de reflexión, de organización y de movilización entre la década del 80 y 90, y me acuerdo siempre que nuestros dirigentes internacionales del movimiento indígena el año 1991 nos han invitado convocado a Quetzaltenango, Guatemala, para debatir los 500 años de resistencia indígena y popular. Era todavía jovenzuelo, Quetzaltenango me ha impresionado el debate de nuestros exdirigentes, de nuestros exlíderes, y ahí planificamos, a 500 años, de 1492 a 1992 son 500 años de invasión de Europa al continente Abya Yala, ahora llamado América, y ahí nos hemos propuesto tres cosas:

A 500 años, que las Naciones Unidas declaren decenio de los pueblos indígenas, como diez años de cumpleaños al movimiento indígena, primero.

Segundo, que Naciones Unidas debe crear un Fondo Indígena Internacional.

Y tercero hemos propuesto a la compañera Rigoberta Menchú como Premio Nobel de la Paz, como justo reconocimiento a esa resistencia del movimiento indígena en el pasado inmediato amenazado con planes, programas y políticas de exterminio.

El año 1992, justo a 500 años, no participé en Managua, Nicaragua, tenía responsabilidad en Bolivia de organizar junto a nuestros dirigentes nacionales actividades importantes de reflexión, justo a 500 años de invasión de Europa a América. Las resoluciones:

De la resistencia a la toma del poder, que nosotros mismos como dueños absolutos de esta noble tierra nos gobernemos, que se acaba esta forma de gobernar con políticas, programas importados a nuestros países. Una gran resolución.

Y solo quiero decir, hermanas y hermanos, ese compromiso del año 1992 en Bolivia hemos cumplido, gracias a la conciencia del pueblo boliviano.

Pero aquí queda algunos temas pendientes, pasaron el decenio sin ningún resultado, Fondo Indígena sin fondos a nivel internacional, aunque gracias a muchas organizaciones internacionales se ha cumplido que la hermana Rigoberta Menchú sea Premio Nobel de la Paz.

Y ahí viene el debate, el debate desde esos tiempos, cuándo, cómo Naciones Unidas puede declarar los derechos de los pueblos indígenas del mundo, y ahora estamos festejando, después de tanto tiempo, 10 años de aniversario de esta Declaración.

Hermanas y hermanos, quiero recordarles, nuestras luchas no siempre han sido una reivindicación de carácter sectorial, de carácter parcelario o regional, en Bolivia especialmente el movimiento indígena, junto a otros sectores sociales, sean mineros, sean obreros, maestros, la clase media, transportistas, todos unidos, luchamos por una nueva Bolivia.

La lucha por la dignidad, con unidad, para alcanzar la igualdad y sentar soberanía económica, política ha sido tan importante.

Entonces, hermanas y hermanos, la lucha del movimiento indígena no son por reivindicaciones para atender o satisfacer las necesidades de los más abandonados en la historia de Bolivia, y así en todo el mundo.

Por eso es que todos los temas nos conciernen, todos los temas nos interesan, no existen asuntos en los que no podemos o no debemos involucrarnos.

Hermanas y hermanos, a lo largo de los siglos nuestros pueblos han tenido que resistir invasiones y saqueo, los invasores llevaban y se adueñaban de todo, después de la política de genocidio vino la colonización, el intento de arrebatar nuestra identidad.

Los pueblos indígenas y los africanos sabemos bien esta historia, a los pueblos indígenas nos encerraban en reservaciones, y a los africanos los esclavizaban, los condenaban con el tribunal de la denominada Santa Inquisición; no podíamos entrar a las plazas, caminar en las aceras de las calles, entrar a los mismos lugares, nos marginaron de la educación, de la salud, y especialmente de los servicios básicos.

Los pueblos indígenas y africanos compartimos la misma historia, por eso no solo acompañamos sino que apoyamos los reclamos para que quienes esclavizaron paguen una justa reparación, por más de 500 años de sometimiento y saqueo. Todavía no reparan estos daños en nuestro continente.

Hoy en día desde el imperio se intenta construir muros, militarizar fronteras, o encerrar a refugiados, imponer normas de directivas de retorno, por ejemplo. Cuando nos invadían los europeos, los indígenas no teníamos ni un muro, ni políticas ni programas como la directiva del retorno. Quienes invaden imponen fronteras, quienes colonizan construyen muros; habría que construir muros para bases militares e intervenciones militares en el mundo entero.

Producto del imperialismo, capitalismo y neocolonialismo el mundo está atravesando una serie de crisis, no son crisis coyunturales, es una crisis del sistema.

Las consecuencias de esa multiplicidad de crisis las podemos ver en las calles de muchas ciudades en el mundo, en el campo y en las relaciones de poder.

Quiero decirles hermanas y hermanos desde acá, a todo el mundo, la guerra es un producto directo y soporte del capitalismo para apropiarse de los recursos naturales. Para controlar geopolíticamente el imperio necesita de bases militares, necesita de la guerra y subsiste gracias a la cultura de la muerte. En nuestra experiencia, quien apoya al capitalismo, al imperialismo, al colonialismo apoya a la guerra, y quien apoya a la guerra apoya a la cultura de la muerte, esa es nuestra experiencia vivida desde Bolivia y con el movimiento indígena.

Solo la invasión a Irak, escúchenme bien, de 2003, ha provocado hasta ahora más de un millón de muertos. La guerra en Siria, después de más de seis años, ha costado la vida de más de 400 mil personas. La intervención en Libia ha provocado más de 50 mil muertos.

La crisis de la desigualdad que está representada en la brecha cada vez más amplia entre pobres y ricos, según informe de Oxfamd, ocho personas ocho individuos, poseen la misma riqueza de 3.600 millones de personas; es decir, la mitad de la población del mundo.

Imagínense, ocho individuos tienen la riqueza de la mitad de los seres humanos que habitan el planeta, eso está agravándose en los últimos años; es decir, para los ricos no hay crisis, porque siguen acumulando la riqueza de los pueblos del mundo.

La crisis humanitaria es producto de las guerras, de los conflictos del mundo, estamos atravesando la peor crisis humanitaria de los últimos 70 años, más de 128 millones de personas requieren asistencia humanitaria en 33 países, de ellas más de 40 millones son desplazados internos, más de 21 millones son refugiados y más de 3 millones son solicitantes de asilo.

Hermanas y hermanos, esa crisis humanitaria también se ve en los ojos de las más de 20 millones de personas que están sufriendo hambruna o en riesgo de hambruna en distintos lugares del planeta.

La crisis financiera es generada por los bancos y los banqueros, ellos son quienes controlan el mundo, son los que controlan el sistema financiero, promueven los paraísos fiscales, el lujo y el lucro desmedido.

Ahí está la gran medida, el verdadero gobierno mundial no se somete a una elección, pero gobierna y nos somete con invasión.

La crisis energética, según el Banco Mundial 1.100 millones de personas no tienen energía eléctrica en el mundo, y otras 2.900 millones de personas dependen de leña y mecheros para cocinar y como medio de calefacción.

Paralelamente desde el imperio se desatan guerras, se destruyen pueblos y civilizaciones para apoderarse de sus recursos naturales, fundamentalmente el petróleo. Vean en este momento por ejemplo, el petróleo libio en manos de quiénes está y a quién beneficia.

Vivimos una crisis hídrica o del agua, según la ONU 1.800 millones de personas en todo el mundo beben agua contaminada en algún nivel, cuando el agua y los otros servicios básicos se conviertan en mercancía, solo buscará el lucro y no la satisfacción de necesidades de las personas.

En Bolivia todos los servicios básicos es un derecho humano y no un negocio privado.

La crisis climática, el año pasado, 2016, ha sido el más caliente de la historia del planeta, producto de un modelo de desarrollo con niveles de consumo, deforestación e industrialización que han generado un exceso de gases contaminantes que causan la subida de temperaturas, el calentamiento global y desastres naturales que afectan a todos, pero particularmente a los países del sur y a las futuras generaciones.

La crisis alimenticia. Cerca de 800 millones de personas padecen hambre, el 75% de esas personas viven en el campo, en zonas rurales, fundamentalmente en Asia, en África.

La mala o la deficiente nutrición es la causa de casi la mitad de las muertes de niñas y niños menores de cinco años.

La desertización y la degradación de las áreas productivas de alimentos, el monopolio en la comercialización de semillas, insumos agrícolas, la especulación en el precio de los alimentos, el consumismo y el derroche son algunas de las causas de esta dramática situación.

La crisis institucional expresada por las estructuras del sistema internacional, el Consejo de Seguridad, en el Fondo Monetario Internacional, en el Banco Mundial, las decisiones no son democráticas, Estados Unidos tiene el control en estas instituciones a través del veto.

La crisis comunicacional. Debido a que las grandes transnacionales de la comunicación tergiversan y deforman la realidad y esconden la información con el objetivo de mantener y proteger los intereses imperiales.

Por la crisis de horizonte de transformaciones nos han tratado de imponer una visión del mundo única, como si no hubiera salida del capitalismo, como si la historia hubiera acabado, como si la desigualdad, pobreza, la guerra y el hambre fueran del destino de la humanidad.

Esa es la realidad que atraviesa el mundo, nuestra Madre Tierra está amenazada, la propia existencia de la familia humana está en peligro, nosotros nos hemos convertido en el principal peligro que afronta la misma humanidad.

Pero esa realidad, hermanas y hermanos, es nuestro desafío, no es nuestro destino. En la lucha milenaria de los pueblos indígenas, en su resistencia contra las invasiones, contra el capitalismo y contra el colonialismo, hemos demostrado que resistimos y nos rebelamos, que somos capaces de las más futuras vivencias.

Hermanas y hermanos, es mi deber informarles lo que hemos logrado en Bolivia, gracias a la conciencia del pueblo, gracias a la lucha de los movimientos sociales y especialmente del movimiento campesino, indígena, originario.

Hemos recuperado nuestra identidad, y como consecuencia nuestra dignidad y soberanía; hemos recuperado la Patria, no solo hemos recuperado la esperanza, estamos transformando la realidad.

Bolivia con orgullo puede decirles en este momento:

Primero, territorio libre de analfabetismo; territorio libre de la DEA, Bolivia territorio libre de bases militares norteamericanas, territorio libro de Usaid, aunque siempre manda a sus agentes de manera camuflada.

Bolivia territorio de las imposiciones del Fondo Monetario Internacional.

Ahora los movimientos sociales con nuestros profesionales definimos nuestras políticas económicas sin ninguna imposición externa.

Bolivia libre de las doctrinas y bases militares, territorio que ha recuperado la soberanía sobre los recursos naturales de las empresas estratégicas, sería largo comentarles los resultados, qué tan importante había sido la presencia del pueblo sobre sus recursos naturales y sus empresas estratégicas.

Bolivia tiene una economía que más crece en la región, porque cuando yo llegué a la presidencia hace 11 años, Bolivia era el último país en Sudamérica, el penúltimo país en América, dos años consecutivos somos uno de los países con mayor crecimiento económico.

Ahora Bolivia ha reducido la extrema pobreza de 38.2% el 2006, al 16.8% el 2016, para el año 2025 que es el bicentenario de Bolivia queremos erradicarlas todas.

Bolivia ha reducido enormemente la desigualdad, el 2005 el 10% más rico tenía 128 veces más riqueza que el 10% más pobre en cambio el 2015, datos oficiales, el 10% más rico tenía 37 veces más riqueza que el 10% más pobre eses es el trabajo y la lucha por la igualdad de los hermanos bolivianos.

Bolivia es el segundo país del mundo con mayor número de mujeres en el Parlamento, Asamblea o en el Congreso, más de la mitad son mujeres en nuestra Asamblea Legislativa Plurinacional.

Bolivia es el país con mayor participación indígena de hombres y mujeres en la Asamblea Legislativa Plurinacional, en los 19 años antes de la revolución democrática y cultural, el promedio de la inversión pública era menos de 500.000.000 de dólares anuales, en nuestro gobierno el promedio de inversión 3.500.000.000 de dólares y somos un país pequeño con 10.000.000 de habitantes pero saltar de 500.000.000 a 3.500.000.000 es algo importante.

Estamos construyendo una alternativa real concreta y exitosa al capitalismo liberándonos del imperialismo y del colonialismo, eso se debe a que la organización política Bolivia ha construido un estado plurinacional.

En lo económico hemos recuperado el dominio sobre nuestros recursos naturales y empresas estratégicas, en lo social hemos distribuido la riqueza y en lo cultural hemos recuperado nuestra identidad, nuestra dignidad y hemos defendido nuestra soberanía.

Bolivia es el primer país en convertir (la ley) en ley, la declaración de los pueblos indígenas aprobado en las naciones unidas.

Quiero decirles hermanas y hermanos con mucha humildad, puedo decirles que lo logrado en países como el mío es un ejemplo en lo que podemos ejercer o hacer la escala global.

 Quiero decirles hermanas y hermanos ahora, hemos ´pasado del estado colonial a un estado plurinacional, un país sumiso a un país liberado, un pueblo dividido por el imperio, un pueblo unido ante el imperio.

Por eso como hago hace años, vengo ante ustedes a recoger propuestas y a plantear alternativas para el debate horizontal y sincero estos planteamientos que hemos discutido con los principales movimientos sociales de mi país.  

Los pueblos indígenas del mundo entero debemos estar organizados, unidos y movilizados para defender la vida en el planeta. Para eso ¿qué planteamos?

1. Adoptar la Declaración de los Pueblos Indígenas, los Derechos de la Madre Tierra, defender esos derechos para ellos es único camino; la lucha contra el capitalismo, contra la sobreexplotación y saqueo de los recursos naturales construyendo un nuevo paradigma de producción de consumo, el relacionamiento entre los seres humanos, eso es el vivir bien.

2. Defender el derecho de los pueblos a la paz, a la soberanía y a la autodeterminación, erradicando el imperialismo; para ello debemos privilegiar la complementariedad, la construcción de un mundo multipolar.

3. Rechazar cualquier tipo de invasión o del uso de la fuerza, que cese todo tipo de guerra, que todos los problemas sean resueltos a través de mecanismos pacíficos, respetando los principios de soberanía, integridad territorial, independencia de todos los países. Acabar con la carrera armamentista y erradicar las armas de destrucción masiva.

4. Luchar por el reconocimiento de la ciudadanía universal, acabar con los muros, las fronteras, el marginamiento y discriminación de las personas. La migración es inherente a la humanidad. Para ello, hermanas y hermanos, aprovecho esta oportunidad, los convoco, les invito a la Conferencia Mundial de los Pueblos, por un Mundo sin Muros hacia la Ciudadanía Universal que se llevará a cabo el 20 y 21 de junio de este año en Cochabamba, Bolivia.

5. Construir un mundo en el que erradiquemos el colonialismo, el neocolonialismo cultural y tecnológico, un mundo en el que cese la usurpación de saberes, en el que la familia humana comparta en base a la solidaridad en lugar de lucrar su conocimiento, su tecnología, para derrotar a las enfermedades y mejorar la calidad de vida de todas y todos en armonía con la Madre Tierra. Continuar reconstruyendo nuestra historia, nuestra identidad como pueblos y naciones indígenas para erradicar el fascismo, el racismo y toda forma de discriminación.

6. Luchar para que los servicios básicos sean reconocidos como derechos humanos en las Naciones Unidas y en cada Estado. Tanto el agua, la comunicación, la energía son imprescindibles para la vida; por lo tanto no deben ser un negocio privado, sino un servicio público.

7. Trabajar para que se respete el multilateralismo, el principio de igualdad soberana de los estados, así como en nuestras comunidades resolvemos las diferencias, el respeto a las diferencias y en permanente diálogo y consenso. La Comunidad Internacional debe trabajar en la misma manera, erradicando cualquier acto unilateral.

8.- Construir un mundo con nuevo orden económico mundial en el que las relaciones comerciales se basen en la complementariedad y solidaridad, no en el lucro ni en la explotación.

9. Construir un mundo en el que prime la unidad de los pueblos del mundo, la unidad de los movimiento sociales, la unidad de las trabajadoras y trabajadores del campo y de la ciudad, unidad y solidaridad  con las luchas más apremiantes del planeta, entre ellas:

Malvinas para Argentina
La liberación de Palestina
La paz en Siria
La paz en Colombia
Acabar con el bloqueo económico contra Cuba
Rechazamos enérgicamente el golpe de Estado en Venezuela
La devolución de Guantánamo a Cuba
Y mar para Bolivia.

10. Construir un mundo con una democracia real y participativa en el que quienes gobiernen manden obedeciendo a su pueblo; un mundo sin oligarquías, sin jerarquías ni monarquías, ni anarquías financieras; un mundo en el que la acción política esté destinada al servicio de la vida y que sea un compromiso humano, ético y moral con nuestros pueblos, con los más vulnerables.

Hermanas y hermanos, nuestros pueblos y naciones indígenas son la reserva moral de la humanidad, fueron y somos pueblos con identidad, con sabiduría, con formas propias  de organización y producción.

La lucha del movimiento indígena es también una lucha anticapitalista, antiimperialista y antiimperialista, nuestras abuelas y abuelos sufrieron y resistieron a las invasiones, nuestros padres se revelaron ante la colonia europea y los estados coloniales.

Para terminar hermanas y hermanos, nuestra responsabilidad es organizar la lucha mundial para salvar la vida y salvar el planeta tierra, planeta o muerte es nuestro lema.

Muchas gracias.

 

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