Fecha: 
Miércoles, 21 Abril 2021 - 5:00pm
Nombre de la Persona: 
Luis Arce Catacora, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia
Discurso: 

Hermano Xavier Espot, Jefe de Gobierno del Principado de Andorra. 

Hermana Rebeca Grynspan, Secretaria General Iberoamericana.

Hermanas y hermanos Jefes de Estado, de Gobierno y de Delegación.

Quiero iniciar mi intervención expresando un agradecimiento y felicitación al país anfitrión y al equipo de la Secretaría General Iberoamericana por la excelente organización y conducción de los trabajos cuyos resultados vemos hoy.

Esta Cumbre Iberoamericana nos encuentra en un momento particularmente delicado. Por un lado, en los últimos años los procesos de integración no han avanzado como quisieramos debido a los afanes hegemonistas de una nación que se resiste a otro tipo de relación con el mundo. Por otro lado, la aparición de la pandemia del Covid-19, a fines de 2019, está provocando afectaciones muy profundas en todos los planos, particularmente en los humanos y económicos.

Y es por esta doble razón que este encuentro de países iberoamericanos tiene también la tarea ineludible de levantar en alto las banderas de la defensa de la vida, la igualdad, la solidaridad y la complementariedad, pero también de un  multilateralismo más solidario para superar esta crisis que ha calado en lo más profundo de nuestros pueblos. Es de vital importancia avanzar en procesos de integración efectiva, basados en la hermandad y la diplomacia de los pueblos.

Hermanas y hermanos,

Desde esta Cumbre Iberoamericana quiero reiterar, como país y como nación latinoamericana, nuestra preocupación por la constatación de que la pandemia del COVID-19 ha puesto en evidencia la desigualdad en la distribución de vacunas y su acceso para las naciones del sur, tal como han denunciado incluso las Naciones Unidas y la propia Organización Mundial de la Salud.  Los países ricos han comprado más de la mitad del suministro de vacunas en el mundo cuando sólo representan el 16% de la población mundial: en consecuencia, más de 100 países no han vacunado ni a una sola persona de su población y además se estima que cerca del 90% de los habitantes en casi 70 países de bajos ingresos no lograrán vacunarse contra el covid-19 en 2021.

La ciencia médica debe estar al servicio del ser humano sin ningún tipo de discriminación geográfica, política o social, y el acceso a la vacuna debe ser visto como un derecho humano. Para eso, las empresas farmacéuticas y gobiernos deben mantener una cooperación sincera e implementar la divulgación de sus conocimientos y tecnología para que, mediante un trabajo conjunto, garanticemos el acceso inmediato y oportuno a las vacunas para las personas más vulnerables.

Los esfuerzos implementados por los países y organismos internacionales no son suficientes para lograr el acceso equitativo de insumos, medicamentos, vacunas y otros para contener el COVID-19, por lo que se torna urgente realizar una reforma de los estándares internacionales, en especial los referidos a los derechos de propiedad intelectual.

No se puede ser indiferente ni mucho menos lucrar en momentos de pandemia. Por ello, desde Bolivia hacemos un llamado, es más, exhortamos a la Organización Mundial del Comercio, a la Organización de Propiedad Intelectual, a una pronta modificación de los estándares internacionales que protegen a la hegemónica industria farmacéutica a costa del perjuicio de miles de millones de seres humanos. Las poderosas transnacionales farmacéuticas, que tienen patentes sobre los diagnósticos, medicamentos y vacunas, deben liberarlas y hacerlas de dominio público o emitir autorizaciones voluntarias sin costo para lograr un acceso real de parte de todas las naciones, sin excepción.

En el mismo sentido, hacemos un llamamiento a los países desarrollados que tienen más vacunas de las que su población necesita a que las distribuyan con aquellos que las carecen. Pero además, hay que advertir que las naciones del norte tampoco superarán plenamente los efectos económicos de la pandemia del Covid-19, por más que destinen miles de millones de dólares para sí mismas, si las naciones del sur son dejadas en la más absoluta vulnerabilidad.

Como todos ustedes saben, América Latina y el Caribe es una de las regiones más pobres y desiguales del mundo, y como Estados debemos asumir con responsabilidad el reto de construir un futuro en base a la solidaridad, la complementariedad y la cooperación entre los pueblos.

Cumbres como en la que hoy tengo el honor de representar a mi país deben aportar al trabajo conjunto a favor de los pueblos y alentar una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental, priorizando la erradicación de la pobreza extrema y la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones.

Frente a este escenario, permítanme compartir brevemente con ustedes algunos aspectos de la realidad boliviana.

A fines de 2019 y durante el 2020, Bolivia sufrió la ruptura del orden constitucional que derivó en una crisis económica y social sin precedentes, por el mal manejo del país, ahondada por los graves efectos de la pandemia, reflejándose en una contracción de la actividad económica del orden del 11.1% y un incremento de la tasa de desocupación urbana de 4.8% en 2019 a 8.7% hasta octubre de 2020.

Pero, tras recuperar la democracia por voluntad de nuestro pueblo, ahora estamos trabajando para recuperar la estabilidad económica y encaminarnos nuevamente hacia el crecimiento económico con justicia social que tuvimos por catorce años. Con el retorno a la democracia, asumimos medidas integrales para la reconstrucción de la economía, haciendo énfasis en los sectores de la población más vulnerables así como en los sectores productivos a través de medidas focalizadas a la Industrialización con Sustitución de Importaciones.

Los bolivianos y las bolivianas confiamos en nuestro modelo económico, pero no deja de ser importante el reconocimiento de que para esta gestión 2021, el FMI esté proyectando un crecimiento de un 5.5% y el Banco mundial una expansión del 4.7%.

A pesar de las limitaciones ya descritas y que son ajenas a nuestra voluntad, estamos encarando, con firmeza, una estrategia de salud a nivel nacional para garantizar a la población el acceso a medicamentos, pruebas y vacunas gratuitas para prevenir y enfrentar los efectos del COVID-19. 

Ahora, volvamos a una mirada más general, menos nacional. El mayor impacto de la crisis es en la economía, principalmente los países en desarrollo, afectando la liquidez y financiación, con consecuencias catastróficas para sus economías. Por eso, la lucha para combatir los efectos de esta crisis en los países en desarrollo debe afrontarse de forma integral por todos los actores de la comunidad internacional, en particular en el ámbito multilateral.

La problemática está planteada, la necesidad de conversar a nivel global es imperativa, y deben asumir sus responsabilidades también los organismos internacionales y organismos financiadores.

En este marco, saludamos la aprobación del Comunicado Especial sobre el Alivio a la Deuda Externa y Crisis Económica propuesto por Bolivia que refleja la necesidad de generar un espacio de diálogo con las instituciones financieras internacionales, con los organismos multilaterales y con los gobiernos con los que se tienen deudas.

La pandemia también ha demostrado que carecer de agua y saneamiento ocasiona  tragedias humanitarias y duele que después de un decenio del reconocimiento del derecho humano al agua potable y saneamiento, una de cada tres personas sigue sin poder acceder al líquido elemento y más de la mitad de la población mundial carece de un saneamiento seguro. Por lo tanto, otro desafío para nuestros países es alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, razón por la cual es necesario promover la armonía con la naturaleza y la Madre Tierra, impulsando procesos de desarrollo integral sustentable.

Ahora más que nunca debemos ser creativos en el diseño de nuevos programas y proyectos de cooperación que atiendan de manera efectiva las necesidades de los más recónditos lugares de nuestros territorios. En ese sentido, me permito destacar los siguientes Programas de Cooperación que se están aprobando en esta Cumbre:

El Instituto Iberoamericano de Lenguas Indígenas (IIALI), impulsado por mi país bajo el principio de cooperación y la protección de los derechos de los pueblos indígenas de la región y el mundo, y en el marco del Decenio de las Lenguas Indígenas (2022-2032), permitirá nuestra preservación, revitalización y continuidad como países multiculturales y plurilingües, y eso ya es otro aporte a este espacio de hermandad e integración iberoamericana.

De igual manera, celebramos la aprobación del Programa Iberoamericano para Prevenir y Eliminar la Violencia Contra las Mujeres.  Bolivia cuenta con una normativa de vanguardia, con políticas públicas en materia de género e instituciones encargadas de hacer cumplir estas normativas. Reducir las cifras de violencia estructural exige un trabajo conjunto con la comunidad internacional y los organismos multilaterales. La creación de esta primera plataforma será referente en Iberoamérica y en otras regiones, y nos permitirá avanzar en la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

Finalmente quiero resaltar el Compromiso de Andorra sobre Innovación al Desarrollo Sostenible, documento en el que confluyen las inquietudes de todos nuestros Estados para afrontar los desafíos de hoy en adelante en los diversos ámbitos transversales a nuestros pueblos: innovación, tecnología, medio ambiente, agua, educación, inclusión social, turismo, cultura, salud, etc.

Coincidimos en que esta visión aportará en el camino hacia un desarrollo integral sustentable, en armonía y equilibrio con la naturaleza, priorizando la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones. Esto posibilitará el avance de nuestros países hacia la Agenda 2030 y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que son dos objetivos mundiales compatibles con el paradigma boliviano del Vivir Bien.

Quiero reiterar el compromiso de mi gobierno y el pueblo boliviano para que a través de la Secretaria General Iberoamericana fortalezcamos la integración para el bienestar de nuestras naciones.

Finalmente, expresar a República Dominicana los mejores augurios de éxitos durante el ejercicio como Secretaria Pro Témpore y el pleno apoyo de mi país en su gestión.

Muchas gracias.

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