Bolivianos celebraron Todos Santos en diferentes partes del mundo

¿Las almas de nuestros difuntos llegan a todas partes? La respuesta es sí porque en diferentes partes del mundo, bolivianas y bolivianos armaron sus mesas para recibir la visita de sus seres queridos entre el medio día del 1 de noviembre hasta media jornada del día 2. Según nuestra creencia en esas 24 horas las almas de nuestros finados nos visitan para interactuar con los vivos y rememorar tantos recuerdos que nos dejaron.

En lugares tan distantes como Japón, un puñado de connacionales armaron su mesa y se conectaron espiritualmente con Bolivia desde nuestra Embajada en ese país. En Washington, capital de los Estados Unidos, otro grupo boliviano hizo una mesa para recordar una de las festividades más importantes de nuestro país. Allí, desde el Consulado General, se elevaron oraciones por nuestros difuntos.

Un tanto más cerca, en Jujuy, Argentina, un grupo mucho más amplio de connacionales se reunió en el Consulado para armar una mesa para nuestros difuntos y celebrar su visita. Igual en Córdoba, el Consulado fue el centro de reunión alrededor de la mesa o tumba como también se la conoce en Bolivia.

En España, donde radica también una importante comunidad boliviana, desde la Embajada se recibió a la festividad de Todos Santos con una mesa llena de alimentos con panes, tantawawas, comidas y bebidas típicas que fueron del agrado de quienes en vida fueron.

En la Cancillería, en la sede central de la diplomacia boliviana, se armó una gran mesa para recibir a las almas de importantes personajes revolucionarios de nuestra historia como Tupac Katari, Bartolina Sisa, Tomás Katari, Marcelo Quiroga Santa Cruz y Felipe Quispe. Alrededor se congregaron al mediodía el 1 de noviembre una gran cantidad de personas para acompañar la visita de las almas.

Al mediodía del 2 de noviembre, en todas las Embajadas y Consulados de Bolivia se realizaron oraciones y se levantaron las mesas para despedir a los difuntos, hasta el año próximo.

La festividad de Todos Santos

La tradición boliviana de Todos los Santos indica que las almas de los difuntos retornan al mundo al medio día del 1 de noviembre, para permanecer en el mundo de los vivos durante 24 horas. En este tiempo, las almas comparten y disfrutan los manjares que los familiares prepararon e instalaron en una mesa o altar en su honor. 

Las mesas se componen, esencialmente, de panes especiales conocidos como “t’antawawas” (niño de pan) que representan el alma de los muertos, masitas, dulces, flores, agua y de los alimentos que a ella o él le gustan en su paso por la tierra. 

Las almas son despedidas al medio día del 2 de noviembre. Para esto, en Bolivia los familiares acuden a los cementerios para que, en medio de cantos, rezos y compartiendo los alimentos ofrendados, las almas retornen al cielo, hasta un nuevo encuentro que será el siguiente año.

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