En el marco del 69° Periodo de Sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, en coordinación con el Servicio Plurinacional de la Mujer y la Despatriarcalización y el Gobierno de México, con el apoyo de ONU Mujeres y el PNUD, llevó a cabo el evento paralelo “Financiación de los cuidados y más allá: Pilar para avanzar en la despatriarcalización como horizonte de desarrollo”. Este espacio permitió reflexionar sobre la importancia del cuidado en la sostenibilidad de la vida y su reconocimiento como un derecho humano fundamental.
En su intervención vía virtual, la ministra de Relaciones Exteriores, Celinda Sosa Lunda, destacó la relevancia de los cuidados para el desarrollo de las sociedades y la necesidad de resignificar y dignificar esta labor, históricamente atribuida a las mujeres. “A pesar de los avances normativos, el trabajo de cuidado aún es invisibilizado y desproporcionadamente asumido por las mujeres, limitando su autonomía económica y su desarrollo personal”, afirmó la autoridad.
Enfatizó en la urgencia de promover la corresponsabilidad en tres niveles: estatal, social y familiar. En este sentido, se planteó la necesidad de que los Estados inviertan en sistemas integrales de cuidado, que la sociedad en su conjunto distribuya equitativamente estas tareas y que al interior de las familias los hombres asuman un rol activo en el cuidado. “Solo así será posible avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria”, añadió Sosa.
Asimismo, destacó que el reconocimiento del trabajo de cuidado no solo tiene un impacto social, sino también económico, ya que representa una oportunidad para la creación de empleos y el fortalecimiento de los derechos económicos de las mujeres. La inversión en sistemas de cuidado no solo contribuye a la igualdad de género, sino que también impulsa un modelo de desarrollo más sostenible e inclusivo.
El evento reafirmó el compromiso de Bolivia en la construcción de un nuevo pacto social basado en la equidad y el respeto a los derechos humanos, en el que el derecho al cuidado sea reconocido y garantizado. Se hizo un llamado a los gobiernos, organismos internacionales y la sociedad a sumar esfuerzos para avanzar en la despatriarcalización y construir una democracia plena, donde el cuidado de las personas y del planeta sea una prioridad.