El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia denuncia ante la comunidad internacional la escalada de violencia provocada por sectores que intentan desestabilizar el orden constitucional del país.
Lamentamos profundamente el fallecimiento de cuatro efectivos policiales, un civil y decenas de personas heridas de gravedad, resultado de enfrentamientos registrados en Llallagua (Potosí) y en la carretera Oruro–Cochabamba. Nos unimos al dolor de las familias que enfrentan estas pérdidas irreparables y les expresamos nuestras condolencias.
Estos actos violentos no responden a demandas sociales, sino a una estrategia que busca la renuncia del presidente constitucional, Luis Arce Catacora y la suspensión de las próximas elecciones generales, para imponer una candidatura inconstitucional.
Grupos afines a Evo Morales, mediante bloqueos de caminos y actos vandálicos están causando desabastecimiento de alimentos, medicamentos y combustibles, generando zozobra en la población boliviana.
Esta violencia inducida constituye una amenaza real a la democracia, la paz social y contraviene los principios del Derecho Internacional, pretendiendo generar una crisis en defensa de intereses estrictamente personales.
El Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia condena enérgicamente estos hechos y respalda la realización de las elecciones generales del próximo 17 de agosto. El pueblo boliviano tiene derecho a elegir libre, pacífica y democráticamente a sus gobernantes.
La vida es el bien supremo de toda sociedad. Su protección está por encima de cualquier ambición política o interés personal. Reiteramos nuestro llamado al cese inmediato de la violencia y exigimos el respeto de la institucionalidad democrática y el retorno a la paz.
Exhortamos a la comunidad internacional a rechazar estos actos desestabilizadores y a respaldar los esfuerzos del Gobierno nacional, en defensa de la Constitución Política del Estado, la vida y los derechos del pueblo boliviano.