Con el retorno a Bolivia de la Illa del Ekeko, la fiesta de la Alasita (“comprame”, en aymara) que se celebra cada 24 de enero, volverá a tener su esencia tradicional, porque esta festividad ancestral y precolombina, fue transformada en cuanto a su sentido, fecha y religiosidad hasta llegar a la folklorización actual.
El antropólogo orureño y funcionario de la Cancillería, Ulpian Ricardo López, explica que la illa “es un amuleto para atraer la abundancia y la fertilidad. Tiene un significado profundo de fertilidad, riqueza y abundancia integral, no solamente en cuanto a lo económico-monetario sino también espiritual”. Este símbolo es de piedra y mide 15.5 centímetros de alto.
La folklorización se expresa en el ekeko actual, vestido como criollo, con sombrero y cargado de bienes materiales (alimentos envasados, vehículos motorizados y otros), cuando en realidad, la fiesta tiwanacota de la alasita, de la abundancia, no tiene contenido de acumulación de bienes materiales, explicó.
La celebración de la fertilidad, entre los pueblos indígena originarios, se celebra desde tiempos precolombinos, a partir del 20 de diciembre, un día antes del Equinoccio de Verano (21 de diciembre) y mediante rituales que renovaban la fertilidad, de las personas, de la tierra, de los animales y de todos los seres en general.
“Existe variedad de Illas: humanas y de animales (canopas), entre otras”, señala López. Agrega que la illa “es como el espíritu del ekeko” y existen en figuras de illas, jorobadas, con labios leporinos, con dos coronitas y otros.
Para el cientista social, las illas son miniaturas que representan a “los hijos del rayo” y el sentido que tienen es parecido al de las wak’as o lugares precolombinos sagrados, que fueron sepultados por los españoles y sacerdotes católicos “con el fin de extirpar idolatrías precolombinas” y construir en esos sitios, templos católicos.
“Por eso –señala López– con el retorno de la illa, desde Suiza, vuelve la esencia de la Fiesta de la Alasita, del Qapaq Raymi o Gran Fiesta del sol”.
La illa del ekeko fue recuperada y traída a Bolivia el 7 de noviembre de 2014, 156 años después, desde un museo privado en Berna, Suiza luego de una larga gestión de la Cancillería, la Embajada de Bolivia en Alemania concurrente en Suiza y del Ministerio de Culturas. Fue presentada por el Presidente Evo Morales el 17 de noviembre de 2014 en Palacio de Gobierno.
En esta presentación, Morales hizo un llamado a países y gobiernos a que pudieran devolver objetos de valor histórico que fueron llevados, desde Bolivia a otros países y continentes.
El 18 de octubre de 1858 el ciudadano suizo, Johann Jakob Von Tschudi, sustrajo esta deidad tiwanacota, como un objeto exótico pero inexplicable para la cultura occidental.
La Paz, 18 de noviembre de 2014