Naciones Unidas: Bolivia convoca a garantizar el acceso al agua potable y saneamiento en el mundo

Nueva York, 22 de marzo de 2023.- El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce Catacora, durante su participación en la Conferencia del Agua de las Naciones Unidas este miércoles, convocó a todos los Estados a trabajar en garantizar el acceso al agua potable y saneamiento a todas las personas en el mundo, por encima de las diferencias políticas e ideológicas, además de alertar sobre la crisis hídrica que amenaza al mundo debido al sistema capitalista.

La Conferencia del Agua de las Naciones Unidas comenzó este miércoles 22 de marzo en Nueva York, Estados Unidos. Esta es la segunda reunión de Estados referida a la temática; la primera se realizó en 1977.  Para esta reunión, Bolivia construyó la posición país de forma amplia y participativa, a partir de tres eventos regionales y un encuentro nacional denominados “Diálogos del Agua para la Vida”, que se realizaron en el Altiplano, Valles y Tierras bajas del país, que derivó en una propuesta país.

El Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, además de llevar esta propuesta de Bolivia a las Naciones Unidas, alertó a los Estados miembros sobre el estrés hídrico al que la humanidad deberá enfrentarse en los próximos años, producto de la crisis climática en la que se encuentra el mundo por las formas y sistemas de producción y consumo irracionales que se vienen desarrollando.

“Las fuentes de agua del mundo se encuentran en un alarmante estrés hídrico, el acelerado deshielo de los glaciares plantea un escenario en el que al 2050, al menos un tercio de ellos no tendrán más masa glaciar, y esto tiene que llevarnos a pasar de la preocupación a una acción inmediata, conjunta y realmente efectiva”, aseveró la autoridad.

Arce mencionó ante el pleno de las Naciones Unidas que la crisis del agua además de ser un problema ambiental también se constituye en un problema económico y social, debido a que el acceso a los recursos hídricos la gestión de los mismos, tienen directa relación con los problemas de pobreza, desigualdad e injusticia, como causas estructurales de la crisis sistémica y multidimensional del capitalismo, que ponen en peligro a todo el planeta.

“Debemos hacer la transición a un sistema económico más sustentable y equitativo que valore la salud a largo plazo de la Madre Tierra y de las personas por encima de la ganancia o el lucro (…) Esto significa que para transformar la realidad que enfrentamos debemos pasar de un sistema que prioriza la producción y reproducción del capital, a un sistema que priorice la producción y reproducción de la vida”, expresó.

La autoridad indicó que esta crisis hídrica tiene mayores efectos sobre las poblaciones más vulnerables como son los pueblos indígenas, las mujeres y las niñas y niños, por lo que cualquier solución que se vaya a implementar debe priorizar las necesidades de estas poblaciones.

En ese marco, Arce planteó realizar las siguientes acciones propuestas por Bolivia a partir de los diálogos y encuentro regionales realizados en diversas regiones del país:

 

a)            Reafirmar el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos, como fue establecido en la Resolución 064/292. Esta resolución debe ser respetada, y fundamentalmente garantizada para todas las personas y sus sistemas de vida, precautelando también su derecho al desarrollo integral y sostenible, erradicando la pobreza en sus Múltiples formas y proporcionando respuestas institucionales adecuadas ante futuras pandemias y otras crisis.

b)           Reconocer en la próxima Asamblea de la Tierra del año 2024, que el agua es el centro de la vida, estableciendo además a los ríos, lagos, glaciares, acuíferos, cuencas, sistemas de vida vinculados al agua y la Madre Tierra, como sujeto colectivo de derechos, escuchando su vulnerabilidad y haciendo eco de la amenaza actual que sufre su existencia en todos los lugares del mundo.

c)            Crear un mecanismo intergubernamental permanente del agua en Naciones Unidas, que promueva el manejo, la gestión y la conservación del agua, la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral en el marco del cumplimiento de los objetivos internacionalmente acordados relativos al agua, fortaleciendo los compromisos políticos, económicos, sociales, ambientales y culturales; priorizando siempre el interés colectivo por encima de otros.

d)           Solicitar el nombramiento de un enviado especial de las Naciones Unidas para el agua al servicio de los Estados, que tenga como misión, activar este mecanismo, debiendo al mismo tiempo informar sobre sus acciones de seguimiento al pleno de la Asamblea de manera permanente.

e)           Reconocer a las autoridades de la gestión comunitaria del agua y el saneamiento básico de los Pueblos Indígena Originario Campesinos y de las comunidades locales, que desde su concepción protegen el agua como sustento de la vida; promoviendo incentivos de diverso tipo para su ampliación y fortalecimiento.

f)            Establecer la condonación de deudas de los países en desarrollo cuyos recursos financieros hayan sido asignados a la provisión de acceso al agua, a la adaptación hídrica y la resiliencia climática, en función a pérdidas y daños sufridos.

g)            Exhortar a los Países Desarrollados a que proporcionen mayores recursos financieros, asistencia y transferencia de tecnología a los eufemísticamente denominados “países en desarrollo”, a través de los organismos internacionales y multilaterales para conservar el agua y amortiguar los impactos de la crisis hídrica.

h)           Exhortar a que todos los países actualicen las legislaciones nacionales para garantizar la protección y conservación de las fuentes de agua, el acceso equitativo y justo al agua para todos los usos y por todos los seres vivos, promoviendo la participación de mujeres, jóvenes, pueblos indígena originario campesinos, pueblos afrodescendientes y grupos vulnerables.

i)             Reconocer la importante interrelación que existe entre el agua y la soberanía alimentaria de nuestros pueblos, la generación de energía y el mantenimiento de los sistemas de vida como base fundamental, bajo un esquema integrador y de restauración de la armonía con la Madre Tierra.

j)             Visibilizar al agua como un elemento de paz e integración de los pueblos, mediante el cual los Estados cooperan para garantizar la protección de las fuentes de agua y el uso razonable y equitativo de las cuencas y acuíferos transfronterizos.

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