Representantes de diversas organizaciones, instituciones y entidades de Pando, Beni y Santa Cruz opinan que se deben implementar determinadas acciones para lograr que exista una buena alimentación. En cuanto al apoyo económico, debería existir la posibilidad de adquirir créditos productivos para pequeños productores y seguros agropecuario-forestal no maderable. Respecto a actividades que deberían volverse costumbres para el bienestar alimentario de la población bolivariana están: el uso de las semillas nativas de la región de Llano y la Amazonía, el consumo de productos que pueden ayudar a contrarrestar los efectos del COVID-19 y el estudio de las variedades nativas de las cuales no se conoce sus propiedades nutricionales. En lo que concierne a la cooperación por parte del Estado e instituciones privadas, los agricultores necesitan recibir mayor asistencia técnica para el manejo de la tierra y de la productividad, así como conseguir acceso a diversos mercados.
En torno a la promoción y la valorización de los alimentos locales cultivados por las comunidades indígenas originarias campesinas, se proponen diversas actividades: transmitir en los medios de comunicación recetas y cápsulas gastronómicas – las cuales consisten en extraer previamente el agua que contienen los alimentos para luego añadirla durante la fase de cocinado, garantizando el mantenimiento de las propiedades naturales –, apoyar con tecnología y financiamientos a los agricultores, informar a la población sobre lo que se hace en el sistema productivo, coordinar la producción de forma efectiva con las empresas transnacionales, establecer protocolos sanitarios y de protección para los productores locales y demostrar que los cultivos son ecológicos y orgánicos mediante el sistema de trazabilidad, en el cual se rastrean todos los pasos que ha seguido un alimento desde su origen y pasando por su proceso de transformación.
Para tener una vida digna debe haber apoyo al sector campesino originario. Por lo tanto, las instituciones deben ayudar al uso de nueva tecnología en el área de la agricultura y una seguridad alimentaria eficiente, una vez que hayan sido reforzadas en todas las áreas con base en la experiencia obtenida. También se requiere cooperación internacional, que el productor realice un buen manejo de semillas de calidad y que la población disminuya o erradique el consumo de productos transgénicos.
Se debe elaborar un plan de contingencia para la seguridad alimentaria, valorizar las rutas de circuitos cortos, mercados locales, fortalecer y organizar la diversificación de la producción y el consumo para dar respuesta a la emergencia, promover los huertos urbanos y la agricultura de patio; y, establecer una ruta crítica para la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles. Se sugiere que la cooperación internacional pueda apoyar en la generación de información, en lo que concierne a capacidades internas y en el financiamiento de la agenda nacional y las agendas locales.
Las entidades estatales deben atender las demandas de los productores, para lo cual deben conocer las necesidades de todas las regiones, entre las que se incluye mejorar el tránsito. Por ende, se debe seguir impulsando la construcción de caminos y carreteras para el transporte de alimentos, así como brindar capacitación empresarial y promocionar los productos de micro y pequeñas empresas. De igual manera se sugiere la creación de sistemas de información en cada región y desarrollar la cultura del uso de la misma, con el objetivo que los agricultores puedan acceder gratuitamente a información que advierta sobre la agricultura familiar